viernes, 6 de diciembre de 2013

Prádena - Peña Quemada (22,18 KM)


Desde hace algunos años tenía intención de acercarme a ver los acebos con sus típicos frutos rojos tan característicos. Esta época es idónea y el lugar elegido para hacerlo es la localidad segoviana de Prádena en la N-110. Como estaba previsto, si el tiempo acompañaba, este era el momento y lo fue. Accedo por la A-1, nada más pasar el puerto de Somosierra tomo la salida para acceder a la N-110 y tomo dirección Segovia, Prádena esta relativamente cerca; saliendo de la A-1 hay una niebla bastante espesa que me da la impresión de que no he elegido el mejor día, pero ya estamos aquí.


 Dejo el coche en la misma entrada al pueblo, aquí tengo la posibilidad de dar la vuelta cuando tenga que irme. Me dirijo caminando a la entrada al pueblo, cruzo la N-110 y bordeo, por la derecha, un área recreativa que hay al otro lado (El Bardal), mirando hacia atrás esta es la vista que tengo del pueblo, los árboles y arbustos parecen nevados, esto es producto de la niebla existente y de las bajas temperaturas, cuando llego al pueblo el termómetro del coche marca -4ºC. Menos mal que vine preparado para el frio.


Me llama la atención el porte de las sabinas que hay tanto en el área recreativa como fuera, deben ser centenarias.


Al lado del camino encuentro este cartel informativo con datos del pueblo, fecha de creación, información de la cueva de los Enebralejos, fiestas, etc.


También encuentro algunos robles que, como sus vecinas las sabinas, son centenarios.


La pista es muy fácil de andar, en este tramo no hay, prácticamente, desnivel.


Cruzo un primer arroyo, tanto la hierba como los arbustos están blanquecinos de la escarcha.


La niebla se va disipando, poco a poco, aunque al estar a este lado de la sierra, el sol tarda en salir, a pesar de la hora la escarcha sigue dominando el paisaje, al llegar a este pinar tenemos que cruzarlo por un portillo existente en la valla.


El pinar no es muy ancho y a la salida del mismo, tras pasar una pared de piedra, la pista se divide en dos, una sigue de frente y otra sale a la derecha, tomaremos la de la derecha. 


La pista se adentra entre unos robles, la imagen de los mismos es semejante, un tronco gordo y alto y a partir de aquí el ramaje; se nota la acción del ganado que ha ido repelando los brotes nuevos más tiernos, el ramaje crece donde las vacas ya no llegan.


El desnivel es bastante suave y, por tanto, se anda con bastante comodidad.


A lo lejos vemos el alto de las Berrocosas cubierto de nieve, aunque no pasaré por él me da una idea de lo que me encontraré arriba.


Por este otro lado tenemos el alto de Colgadizos, tampoco pasaré por él, antes de llegar tomaré una pista de bajada.


Comienzo a ver los primeros neveros, un todoterreno que viene por la pista para a mi lado y el conductor me pregunta si voy a subir arriba, le contesto que si y un leve arqueo de cejas me desilusiona un poco, este lugareño debe saber lo que me espera arriba y debe pensar que debo estar un poco loco; me comenta que va a cazar por la zona y prosigo mi camino.


La nieve va dominando el suelo pero al no estar pisada tiene buen andar, por esta zona la nieve no entraña riesgo.


Me dirijo hacia el cauce de un arroyo que baja por un pinar.


Cuando estoy cerca del arroyo esta es la vista de la ladera de enfrente.


Junto al arroyo veo el primer acebo.



Este es el último tramo que tengo que afrontar antes de llegar a la pista que me llevará hasta la cuerda, es una subida un poco pronunciada pero la nieve esta dura sin estar helada, no hay problema, con la ayuda de los bastones subo con facilidad.


Esta es la pista que encuentro después de pasar una barrera metálica, la nieve ya cubre todo el camino.


Desde aquí tenemos esta vista de Prádena, la niebla se ha retirado un poco y el sol comienza a calentar, pero por donde yo voy no tendré sol hasta llegar casi a la cuerda.


Por esta zona me parece ver un animal pequeño en la curva que se ve de la pista pero no distingo que es.


Al llegar a la curva veo estas huellas recientes, son de zorro. Es una lástima no haberlo podido ver con claridad pero estos bichos son muy huidizos.


También encuentro este curioso charco helado. El haberse helado por etapas le confiere este curioso aspecto.


Por esta zona me encuentro algunos acebos que surgen entre los pinos, al lado de la pista.


Este recodo, que parece el desbordamiento de alguna reguera, es una pista de patinaje, con mucho cuidado la bordeo por la derecha.


Aquí quería tomar una vista de la pista y del camino ya realizado pero un oso se ha interpuesto entre la cámara y la toma.

En otro recodo del camino tengo esta vista de Casla, pueblo por el que pasé para llegar a Prádena, la niebla les da un respiro, cuando pasé por la mañana estaba cubierto.


Voy ganando altura y comienzo a disfrutar del sol en algunos tramos, en otro recodo tengo esta vista del Alto de Colgadizos.


La nieve es cada vez mas espesa, recuerdo el arquear de cejas del cazador que vi abajo y todavía no he llegado arriba, no se si no tendré que volverme, de momento voy bien y continúo el camino.


Esta es una de las últimas curvas antes de llegar a la cuerda, se agradece el sol para calentar un poco el cuerpo, hasta este momento prácticamente no lo he visto. Cuando llego a la cuerda paro a tomar un bocadillo y unas piezas de fruta, aprovecho que hay un pino bajo el cual no hay nieve, toco la hierba y no parece estar mojada, no hay nada de viento y el momento de reposo es bastante agradable. Tomado el bocadillo sigo mi camino.


Esta es una vista del trozo de cuerda ya realizado, y el oso otra vez con afán de protagonismo.


Al otro lado de la valla, en la vertiente madrileña, también es posible andar pero como bajaremos por el lado segoviano seguimos por este lado, al fondo el Alto de las Berrocosas. Pasamos el vértice geodésico de Peña Quemada que está en el lado madrileño.


La nieve parece protegerse del sol detrás de los pinos en el lado madrileño.


Este bicho, junto con otros cuatro, está buscando comida. Vuelan a gran altura por lo que no puedo hacer una foto mejor que esta.


Por esta zona, en algunos tramos, meto el pie 30 cms. en la nieve, me es un poco complicado de andar pero sigo mi camino.


Por el lado segoviano una nube parece asomarse por encima de la niebla.


La pista sigue hacia el Alto de Colgadizos pero yo la abandonaré antes de llegar a este collado, en la curva que se ve a la izquierda.


Ya en la pista de bajada veo que está más transitada que por la que subí, no me he encontrando a nadie pero estas huellas me parecen muy recientes. En el trayecto encuentro un par de fuentes adaptadas para que pueda abrevar el ganado, pero todavía tienen una capa de hielo bastante gruesa.


A mitad de la ladera comienzo a ver otra vez acebos, en esta zona es mas frecuente su visión, trato de inmortalizar los que se encuentran al lado del camino.




En los regueros no da el sol y, por tanto, cuando tiene un poco de desnivel, la pequeña cascada se congela produciendo efectos de gran belleza.


Los acebos dan el toque de color con sus frutos rojos.



Otra fábrica de cubitos al lado del camino.


Encuentro una pareja que sube caminando e intercambiamos información sobre la ruta, me indican que un poco más adelante tendré posibilidad de bajar hasta Prádena  por una pradera, es la ruta que ellos han seguido hasta este lugar, el trayecto es de unos 6 kms.


Sigo andando por la pista y encuentro el camino indicado, es una pradera donde hay bastantes vacas y donde los acebos campan a su anchas, la ausencia de otros árboles hace que tengan un porte bastante grande, más que los que crecen entre los pinos con los que tienen que compartir luz y espacio.


Los acebos parecen haber sido moldeados por su parte baja, las vacas aprovechan los brotes tiernos para alimentarse y producen estas formas redondeadas.









He inmortalizado los acebos que están junto al camino pero toda la pradera esta jalonada de ellos, basta desviarse del camino para poder disfrutar de su impresionante colorido, un verde intenso en las hojas y los frutos rojos. Perdiendo altura llegamos a la zona de robledal, me recuerda mucho a la zona que cruce a la subida, saliendo del pinar. No voy muy descaminado, después de atravesar la zona de robledal voy a dar a la salida del primer pinar que atravesé pero por la pista que salía de frente.


Cruzo el pinar y, a partir de aquí, la ruta discurre por el mismo camino que a la ida hasta llegar al punto de partida.


La ruta que me descargué marcaba una distancia de 18 kms pero discurría en un par de tramos campo a través, debido a la presencia de nieve he preferido no salir de la pista por lo que he aumentado la distancia recorrida en unos 4 kms.

Para descargarte esta ruta en formato GPX puedes acceder al enlace:



2 comentarios:

  1. Excelente reportaje Huang Ki, preciosas fotografías y muy bien detallado. Sigues manteniendote en forma. Lo único a reseñar el "oso" que se cruzó en tu camino. Que ejemplares más raros nos ofrece la madre naturaleza. Debió de ser un gran susto, desde luego, a mi me ha impresionado.
    Los acebos con un colorido impresionante. Un gustazo
    Sigue así y continua deleitándonos con tus caminatas.
    Un abrazo

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  2. La verdad es que no esperaba encontrar nieve, durante toda la semana ví como la nieve casi desaparecia de la zona de Guarramillas y está bastante más alto que donde iba. Para hacernos una idea la zona mas alta a la que tenía que acceder está, más o menos a misma altura que el puerto de Cotos; pero la nevada era fuerte y no era de la noche anterior; aunque iba preparado para el frio, el calzado que llevé no era el más adecuado y acabé con los pies mojados . El oso tambien fue una sorpresa, yo los pensaba extinguidos en nuestra región. A ver si nos animamos y hacemos alguna pronto. Tengo en mente una por Tamajón pasando por una zona donde hay varias cuevas.
    Un abrazo Jose

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